Lc. 8:43-44
Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre. (S. Lucas 8:43-44 RVR1960)
Es posible que hayas gastado todos tus recursos, todas las posibles puertas que tenías disponible se cerraron; las oportunidades se agotaron. Aquellas personas que creías podían ayudarte te dieron la espalda y ahora estás peor que antes.
Sucede que enfrente de ti hay una puerta que nunca habías tocado; una puerta que parecía como invisible a tus ojos, pero que ahora se ilumina delante de ti.
El Señor permitió todo lo ocurrido en tu vida para crear una necesidad en ti, que de no ser así nunca hubiera ocurrido el milagro en tu vida.
TOCASTE EL CORAZÓN DEL MAESTRO!
Nadia Sahad
