Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. (Filipenses 2:13 RVR1960)
Hay momentos donde nos sentimos desanimados, y con ganas de no hacer nada. Generalmente en esos días no hemos tenido una constante comunión con nuestro Señor. Los afanes de cada día nos ahogan y nos oprimen, de manera tal, que nos sentimos cansados, abatidos y angustiados.
Si experimentáramos constantemente una comunión íntima con nuestro Padre, comprendiéramos cuán bueno es estar en su presencia y qué felicidad interior sentimos cuando somos ministrados por su Espíritu Santo. Es aquí donde nos renovamos y donde se rompen todos esos moldes añejos que impiden que podamos visualizar lo que el Señor desea realizar con nuestras vidas. No podemos estancarnos en el mismo lugar todo el tiempo.
Es en su presencia donde nos cargamos espiritualmente y de esta manera podemos enfrentar los afanes de cada día, sin que éstos nos afecten interiormente.
Es en su presencia donde nacen esas nuevas ideas y proyectos. El nos ayuda para que los llevemos acabo eficientemente.
No nos quedemos en el simple hecho de querer hacer algo para Dios. Muchas veces nos suceden estas situaciones:
Queremos que el Señor sea el centro de nuestra familia…… (Estamos dando testimonio en medio de ellos?)
Queremos que el Señor nos de entendimiento de Su Palabra….. (Estamos escudriñándola cada día?)
Queremos que el Señor nos use con poder…… (Estamos pasando momentos a solas con El?)
Haz que las cosas sucedan!
Nuestro Dios es el productor de los sueños que El tiene con nosotros. Y juntamente con esos deseos ya El nos dio la capacidad para llevarlos a cabo. Debe haber una acción que materialice lo que anhelamos.
Es Dios!
Nadia Sahad
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