Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte. (Éxodo 3:11-12 RVR1960)

Quién soy yo para que vaya y le hable de Cristo a mi jefe?

Quién soy yo para que dirija una célula de estudios bíblicos sino me siento capacitado?

Quién soy yo para vaya y ore por los enfermos para que  Dios los sane?

Quién soy yo para que testifique de Cristo delante de mi familia? Si siempre fui la oveja olvidada, la que nunca tomaron en cuenta…..

Quiero decirte que no importa quién eres ni de dónde vienes…..

El problema de Moisés era que tenía su enfoque en lo que él era.  Nuestro Señor no pone sus ojos en lo que somos, ni en lo que fuimos, sino en la obra maravillosa que El hace en cada uno de sus hijos.

Por eso muchos de nosotros nos quedamos estancados en el círculo vicioso de nuestras imperfecciones, en lugar de extendernos hacia lo que Dios ha puesto delante de nuestros ojos.

Dios anhela hacer cosas maravillosas a través de ti!

Bendiciones,

Nadia de Sahad

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