Hechos 16:22
No te afanes! La vida vale más que el vestido. Por qué vas a manchar? Por qué vas a contaminar la vida? La vida que tienes en tu espíritu por un pedazo de tela o por un pedazo de pan? Por qué? Si tu problema tiene solución por qué te preocupas? Y si no lo tiene por qué te preocupas también? No tomes la vida tan en serio, de todas maneras, no saldrás vivo de ella.
Nadie ha crecido un codo por preocuparse. Si nos preocupamos y nos afanamos tenemos dos grandes problemas: la tempestad externa y la tempestad interna. No importa cuán fuerte sean los vientos huracanados exteriormente, si dentro de tu corazón hay paz, hay sosiego y tranquilidad, tu crisis tiene solución, pero, si al igual que la tormenta exterior se activa una tormenta interior de intimidación, de ansiedad y de angustia, a veces, la tormenta interior es peor que la tormenta exterior. Afuera hay un vientecito, pero dentro hay un huracán acabando con todo.
No importa cuán presionado tu estés, aunque estemos presionados no estamos desconectados.
Hechos 16:22
16:22 Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles las ropas, ordenaron azotarles con varas.
16:23 Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad.
16:24 El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo.
16:25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.
Hay gente que están en calabozos de deudas, hay personas que están en prisiones de condiciones, de situaciones que por más que quisieran salir, pero no pueden. Una prisión es una condición impuesta en contra de tu propia voluntad donde tu no encuentras salida. Crisis financiera, crisis familiar…. Por anos has estado sometido a esas presiones. Y ya Pablo se encontraba en la cárcel de más adentro. Situaciones que no tienen soluciones humanas, estas aprisionado en contra de tu propia voluntad.
Hechos 16:24
16:24 El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo.
Aunque ellos estaban en la cárcel, ellos no eran los presos. Hay gente que te mirara y verá en ti sus mismas circunstancias, sus mismas condiciones, sus mismos problemas. Lo que hará la diferencia es tu actitud de fe. Tu fe, tu adoración; que no disminuya tu adoración ante las situaciones externas, si no que aunque vengan tempestades y las presiones aumenten, aumenta tu adoración, aumenta tu oración, aumenta tu devoción.
Hechos 16:25
16:25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.
Y que los demás te oigan!
Las espaldas laceradas, la sangre corría por el piso de la cárcel más adentro; con un calor infernal, sin ventilación, adolorido; con cepos en los pies y en las manos. Cuando alguien tiene un corazón de adorador, no hay circunstancias que lo aten. Es en ese momento donde se dividen, los hombres y mujeres, de los niños, los maduros de los inmaduros. Es en ese momento donde demostrarás el material de líder que tú eres.
Y los presos…. Que los deprimidos te oigan, que los enfermos te oigan. Que los que están entristecidos y afanados te oigan cuando tú empieces a cantar. Cuando tú empieces a adorar y ellos empiecen a escucharte y empiecen a preguntarse: Pero y éste, y ésta? No está en condiciones peores que la nuestra, pues nosotros estamos en la cárcel de más arriba. Pero el está más abajo, y aunque estés más abajo, Cristo está contigo… allá!
De todos los presos, los que estaban en peor condición eran Pablo y Silas, porque por lo menos ellos tenían sus espaldas íntegras, pero Pablo no tenía espalda, tenía heridas. Y él estaba en la peor cárcel. Y hay momentos en que tu situación es la peor de todos las situaciones de la gente inconversa que está a tu alrededor. Pero…. Cuando tú tienes un corazón de adorador, y cuando tienes paz en medio de la tormenta entonces empiezas a cantar y a adorar, y los que están a tu lado y los presos, los atados, los endemoniados, los oprimidos, los enfermos, te empezaran a escuchar.
Hechos 16:26
16:26 Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.
16:27 Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido.
16:28 Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí.
16:29 Él entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas;
16:30 y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?
16:31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.
16:32 Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.
Tu adoración, tu exaltación a Dios, tu sacrificio de alabanza, frutos de labios que confiesen Su Nombre dentro de la cárcel, no sólo tiene el poder de liberarte, sino de liberar a todos aquellos que están a tu alrededor. Porque todos los que están contigo dirán: yo quiero de eso; de eso que tú tienes. A qué iglesia tú vas? Enséname el camino!
Nosotros creemos que llegamos a los lugares y que nos posicionamos. Tú no llegaste, Dios te empujó, Dios te colocó.
Nosotros no hicimos la carrera, El la he hecho por nosotros. Es un acto de soberbia creernos que donde estamos o lo que hemos logrado es por nosotros mismos. Somos minusválidos a los cuales el Señor nos ha llevado a una posición porque El nos ha amado. Toda la gloria es de Él, y si hasta aquí Dios te ha llevado, El te seguirá cuidando. Dios no te saca de Egipto para ahogarte en el Mar Rojo; el Dios que desenvainó la espada del Faraón, tendrá poder de abrir el Mar Rojo y llevarte en tierra seca.
Pastor Elvis Sahad