David había sido ungido por Dios como rey y David estaba en el proceso del propósito. El propósito de David era gobernar en justicia para Dios. Establecer el reino de Dios; pero él estaba marcado y ungido como rey sobre Israel. Saúl en ese momento, era rey sobre todo Israel, y a causa de la unción y del poder que Dios estaba manifestando a través de David, produjo en él un espíritu de celos e inicia una persecución rampante contra David y David tiene que huir por su vida.
1 Samuel 27:1
27:1 Dijo luego David en su corazón: Al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl; nada, por tanto, me será mejor que fugarme a la tierra de los filisteos, para que Saúl no se ocupe de mí, y no me ande buscando más por todo el territorio de Israel; y así escaparé de su mano.
David está huyendo del territorio de Israel a ir a la tierra de los filisteos, a ir a la tierra donde viven los primos y familiares de Goliat. David que había eliminado tantos filisteos; sus familiares, los amigos de esos filisteos que habían sido muertos en batallas por David, estaban en ese territorio. David dijo en su corazón: al fin seré muerto! Fue un pensamiento maligno, fue un pensamiento que hizo que David perdiera la visión. Acaso David no entendía que él estaba ungido por Dios para ser rey? Hermano, cuando Dios te unge para algo no hay nada sobre la faz de la tierra que pueda impedir que el propósito de Dios se cumpla en tu vida.
Es imposible! El dijo: al fin seré muerto. El no se recordó de los milagros que Dios había hecho. No recordó las veces que estaba al punto de caer en las garras de Saúl y cómo Dios lo había librado, pero un día un pensamiento contamino su alma y perdió la visión. Cuando un cristiano permite que un pensamiento lo contamine, pierde la visión y termina viviendo en la tierra de los filisteos, en la tierra de la confusión.
1 Samuel 22:5
Pero el profeta Gad dijo a David: No te estés en este lugar fuerte; anda y vete a tierra de Judá. Y David se fue, y vino al bosque de Haret.
Cual era la instrucción de Dios? Que el estuviese en la tierra de Judá, la tierra de la alabanza. Pero el desobedece las instrucciones divinas a través del profeta Gad y se va a vivir a la tierra de los filisteos. Al fin seré muerto, al fin me darán caza, y se fue a vivir a la tierra de los filisteos.
Un pensamiento puede perturbar tu alma!
El pastor no me quiere, me están usando, la gente quiere sacarme provecho. La gente se me acerca por lo que yo tengo. Qué pensamientos te están llegando? A mí no me quieren! Cuidado lo que hace mi esposo cuando no estoy! Qué pensamientos estás permitiendo que entren a tu vida? Porque muchas veces una mentira perturba tu alma, te aprisiona. Cuál pensamiento está destruyéndote? Te queremos decir una verdad: los pensamientos que vienen del infierno son mentiras. A ti te aman, a ti te amamos, te queremos, nadie te está usando. Nadie te menosprecia, tú te menosprecias.
Cuántos pensamientos están contaminando tu alma? Has perdido la visión! A veces los pensamientos tienen que ver con las cosas que te hicieron. A veces un minuto de discordia vale más para muchos que muchos años de amores. Somos capaces de romper una amistad por un minuto de discordia y enterrar años de amor, de buen trato, de sinceridad. No permitas que un pensamiento desvíe tu vida, no permitas que un pensamiento contamine tu corazón. Guarda, hijo mío, tu corazón porque de el mana la vida. Un poco de ajenjo puede envenenar el vino, el cáliz de tu alma. Un poco de levadura leuda toda la masa.
Un pensamiento te puede perturbar; un pensamiento te puede quitar la fe. Un pensamiento te puede robar la tranquilidad. Un pensamiento te puede desenfocar de donde tienes que estar enfocado. Algo, alguna actitud, algo te hicieron, algo pasó, pero algún pensamiento llegó a tu corazón y le diste cabida. Permitiste que el pensamiento produjera una estructura, un argumento en tu vida, de manera que fuiste aprisionado.
1 Samuel 30:1
30:1 Cuando David y sus hombres vinieron a Siclag al tercer día, los de Amalec habían invadido el Neguev y a Siclag, y habían asolado a Siclag y le habían prendido fuego.
30:2 Y se habían llevado cautivas a las mujeres y a todos los que estaban allí, desde el menor hasta el mayor; pero a nadie habían dado muerte, sino se los habían llevado al seguir su camino.
30:3 Vino, pues, David con los suyos a la ciudad, y he aquí que estaba quemada, y sus mujeres y sus hijos e hijas habían sido llevados cautivos.
30:4 Entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar.
Un pensamiento te puede apartar del propósito, pero también un pensamiento te puede dejar sólo.; te puede apartar de la gente que tú amas. Un pensamiento te puede apartar de la gente que quieres. Tú puedes estar rodeado de personas, pero estar solo. David perdió a su familia, a sus mujeres y sus hijos. Los hombres que estaban con David alzaron su voz, porque el pensamiento lo que quiere producir en ti es lágrimas, congoja, tristeza, temor…. David huyó porque temía perder su vida, y ahora se enfrenta nuevamente a la misma situación. Pero ahora la condición es que el peligro es real, no solo enfrenta peligro su vida, sino también sus mujeres, sus hijos.
Un pensamiento produjo que ellos alzaron su voz. Y dice que seiscientos hombres estuvieron llorando hasta que les faltaran las fuerzas; a puro pulmón.
Es terrible!
1 Sam. 30:5-6
30:5 Las dos mujeres de David, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue mujer de Nabal el de Carmel, también eran cautivas.
30:6 Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios.
Hermanos: es tiempo de volver en sí. Es tiempo de volver la presencia. Es tiempo de traer los pensamientos a los pies de Jesús. Es tiempo de fortalecerse en Jehová. Es tiempo de decir: no voy a pensar lo que Dios no quiere que yo piense. No voy a permitir que Satanás entre toda su basura a mi mente, voy a recibir pensamientos de bien y no de mal, pensamientos de alabanzas. El profeta me dijo que me quedara en alabanzas, pensamientos de gloria. Lo mejor está por venir. No permitiré que el enemigo amedrente mi alma; que el enemigo me lleve a Siclar.
Cuando tú permites un pensamiento terminas aislándote, en Siclar. El Neguev queda en la parte más sur de la tierra. Al sur de Canaán, una parte desértica, lejos, te apartas, te secas. No permitas que los pensamientos te consuman. Levántate en el nombre de Jesús y conquista la tierra que Dios ha puesto delante de ti. Deja la hipersensibilidad, pues todos estamos en el ejército de Dios, y todos estamos en proceso y a todos se nos introduce en el horno de Dios y a todos se nos hiere y a todos se nos quebranta, pero Cristo está con nosotros, la esperanza de gloria.
Elías, hace descender fuego del cielo, y puede degollar cuatrocientos profetas de Baal, pero una mujer, Jezabel dijo: viven los dioses y aun me añada si mañana no te corto la cabeza y te pongo como uno de esos profetas. Dice la Palabra que el permitió que ese pensamiento penetrara en su mente.
1 Reyes 19:3-4
19:3 Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado.
19:4 Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.
Viendo el peligro llegó al lugar del pacto, Beerseba y dejó al criado. Cuando tú veas el peligro ve a Beerseba a quedarte allá, no a dejar al criado. Beerseba es un lugar donde se hizo pacto, y hay un pacto de Dios contigo, y hay un pacto de Dios que te dice que joven fui y envejecido y no he visto justo desamparado ni su cimiente que mendigue pan. Y ese Elías se fue al Monte Horeb, al desierto, más al sur del Neguev. Cuando el llegó allí, dice que Dios se movió en el fuego, en el viento recio y al final, en el silbo apacible, y al final Dios le preguntó: que tú haces aquí?
Elvis Sahad