Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido. Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves? (S. Lucas 12:22-24 RVR1960)

Afán = trabajo excesivo, fatiga, anhelo vehemente, prisa, premura, diligencia, apuro.

El afán, la ansiedad, las preocupaciones nublan nuestros ojos y nuestra mente, de forma tal que obstaculizan la preciosa labor que el Señor quiere hacer en nosotros.  Nos preocupamos tanto por aquellas cosas que consideramos “imprescindibles”, cuando en realidad no es así.

De qué nos sirve tener un carro último modelo, una casa de lujo, una despensa repleta de alimentos, si tu vida está alejada de Dios y tu corazón solo alberga el deseo imperante de poseer cosas materiales?

Cuando tu principal anhelo es conocerle a El en todo su esplendor, ya nada de lo material puede llenar ese espacio que solo le pertenece a nuestro Señor.

En la medida que le entregamos más de lo que somos a nuestro Padre, más dependiente somos de El y menos espacio podrá ocupar esas cosas, esos deseos que pretendemos son “tan necesarios” para nosotros, que no podríamos  prescindir de ellos.

Ejemplo: puedo tomar 2 vasos; uno de ellos está lleno de agua y el otro está por mitad.  El que está por mitad tiene capacidad para acumular más cantidad de agua.  El que está lleno no podría.

Así pasa con nuestras vidas.  Cuando nos llenamos de los frutos del Espíritu, cuando pasamos tiempo de oración y lectura de la Palabra, ya nos queda poco tiempo para otras cosas.  Nos sentimos tan satisfechos y tan agradecidos con lo que el Señor está haciendo en nosotros que aquellas cosas que ahora consideramos de segundo plano, ya no nos hacen perder el sueño; ya no nos enfocamos en aquello que no tenemos, sino que nuestro corazón está rebozando de un gozo y una paz que nada ni nadie nos puede dar.

Solo aquel que nos amó desde antes de nosotros venir al mundo puso sus ojos en una persona imperfecta, para que con su perfecto y puro amor nosotros fuésemos perdonados y redimidos.

Cuán precioso es nuestro Señor!

En cierta ocasión el Señor le dijo a Marta:    afanada y turbada estás con muchas cosas!  María ha escogido la buena parte y ésta no le será quitada.  Cuál era esa buena parte?

Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. (S. Lucas 10:38-42 RVR1960)

Ese tiempo que pasas a solas con El; meditando en El

Ese tiempo que disfrutas escudriñando la Palabra

Ese tiempo que has apartado para examinar tu vida interior….

Esta parte nunca te será quitada!

Puede ser que hayas perdido tu trabajo

Puede ser que tu esposo se haya ido

Puede ser que tu familia te dé  la espalda

Pero tu intimidad con el Maestro nunca podrá romperse.  ¿Por qué?  Porque para ti es más importante pasar tiempo con El, deleitarte en Su Presencia y dejar que El maneje tu vida.  Ya no te perteneces….. Le perteneces a El.

Esa Palabra que recibiste ese día; ese mensaje que recibiste en tu celular y que en ese mismo momento sentiste que fue el mismo Dios que te habló…… Eso nunca te será quitado.

No te afanes, no te turbes!  Si Dios tiene cuidado de las aves, ¿cuánto más tendrá cuidado de sus hijos?

Bendiciones para ti!

Nadia de Sahad

Comentarios de Facebook

Comentarios de Facebook

Escribe un comentario:

*

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

© Triunfadores en Cristo | Designed by RobertLora.Com
Top
Síguenos en: